Sin una lucha masiva, no hay esperanzas de cambios. Pero activismo y lucha solamente no son suficientes para lograr el socialismo. Es también esencial un partido comunista revolucionario. Esto ha sido probado muchas veces en la historia, a veces con ejemplos positivos, a veces negativos y con frecuencia trágicos.
Una revolución sucede cuando una sociedad entra en una crisis revolucionaria — un período de levantamiento militante que sacuda los fundamentos de las leyes burguesas y haga que una gran parte de las masas se niegue a seguir viviendo a la antigua. Una revolución es una batalla de vida o muerte.
La oportunidad de hacer una revolución triunfante usualmente dura corto tiempo. Cómo y cuándo una crisis revolucionaria sucede, es impredecible y fuera del control de las fuerzas revolucionarias o de la clase gobernante. Con frecuencia sucedió en el siglo pasado debido a guerra o crisis económica, o ambas.
Los revolucionarios tienen control, no de cuándo y cómo una nueva crisis se va a dar, sino qué tipo de organización estará disponible cuando una crisis revolucionaria suceda, como inevitablemente sucederá aquí en Estados Unidos y otros países. ¿Qué tan multinacional, extendido, numeroso y unido estará el partido revolucionario? ¿Qué experimentado estará en las muchas y variadas luchas? ¿Cómo se ha medido en retos, especialmente en anteriores tiempos de crisis?
Cuando trabajadores y pueblos oprimidos empezaron a construir organizaciones para hacer revolución, el modelo de un partido revolucionario no se había desarrollado. Partidos socialistas de masa fueron hechos en muchos países, estaban abiertos a cualquiera que estuviera de acuerdo con las políticas de la organización. Sus líderes no estaban limitados por una disciplina estricta para preservar el partido y defender su programa.
Con el tiempo estos partidos se degeneraron en su organización y políticamente. No pudieron sostenerse ante la presión represiva del gobierno, siéndoles imposible mantener sus política revolucionaria bajo la presión de la ideología burguesa y la tentación del oportunismo. Muchas de estas organizaciones hasta apoyaron sus propios países imperialistas en la Primera Guerra Mundial, cuando millones de trabajadores fueron mandados a matarse unos con otros para que una pequeña clase exclusiva de monopolistas y banqueros se dividiera el mundo.
Vladimir Lenin, el líder central de la Revolución Rusa en 1917 — en la que los trabajadores y oprimidos tomaron y mantuvieron poder por vez primera — desarrolló un modelo alternativo. El Partido Bolchevique que condujo la revolución y construcción de la Unión Soviética, era una organización profesional.
La columna vertebral de este tipo de organización es el cuadro, miembros capacitados y dedicados, individuos cuya prioridad de la vida es la revolución y el partido revolucionario. Por supuesto, estos individuos tienen familias y trabajos, etc., ellos también buscan constantemente mejorar sus habilidades, hacen grandes contribuciones y trabajan de una manera consecuente y sincera. Solamente con cuadros de este carácter, puede un partido desarrollar las capacidades necesarias, la unidad y experiencia quienes a su vez ganan la confianza y liderazgo de organizaciones de masa, movimientos y amplia aceptación del pueblo. Esto no significa que el partido adopta una posición arrogante hacia la gente. Mientras da liderazgo el partido revolucionario también aprende del pueblo y ajusta su política, estrategia y tácticas.
No es sustituto de la actividad y movilización de los trabajadores y gente pobre, por que ultimadamente son ellos los que hacen la revolución. La victoria de la Revolución Rusa en 1917 — enfrentada a lo que parecía obstáculos imposibles — hubiera sido imposible sin el Partido Bolchevique. Enfrentando una guerra imperialista interna, la explosión de varias contradicciones sociales, represión gubernamental y el realineamiento de todas las tendencias políticas, el Partido Bolchevique pudo dar claridad política a millones de personas y tomar acción decisiva. Le fue posible hacerlo porque se fortaleció a través de los años de varios períodos políticos, por la calidad de sus miembros y el papel imprescindible de Lenin.
Este no fue un fenómeno único. Mientras las condiciones y obstáculos a navegar difieren dramáticamente, la Revolución China de 1949 y la Revolución Vietnamita contra los japoneses, franceses y el imperialismo estadounidense no hubieran triunfado sin el liderazgo de partidos revolucionarios. Por todo el mundo, los pueblos oprimidos aprendieron de estas experiencias y construyeron serias organizaciones de profesionales revolucionarios como la única forma de derrotar contrarrevolucionarios profesionales del estado capitalista.
Egipto
Después de décadas de represión policial del estado, el pueblo egipcio se alzó en el año 2011 en una revolución que envolvió a todo el país. Millones de personas actuaron con gran coraje, salieron a las calles exigiendo justicia social y económica. Los trabajadores sindicalizados jugaron un papel clave, igualmente que militantes de la clase trabajadora y jóvenes de clase media.
Conseguir la justicia social y económica requiere un modelo económico diferente diseñado a empoderar al pueblo y satisfacer sus necesidades: el socialismo. Todos los elementos estaban allí para la transformación socialista revolucionaria, a excepción de: un partido socialista revolucionario. En ausencia de esta organización, primero la Hermandad Musulmana, un partido religioso capitalista, se apoderó del gobierno hasta que fue remplazado por el alto comando militar capitalista. La Hermandad Musulmana no llegó al poder porque guió la gente a las calles — lejos de eso. La Hermandad tomó ventaja del derrocamiento del régimen, siendo la mejor organizada de todas las fuerzas opositores, tenía el mayor grado de unidad operativa con una membresía unida en propósito y visión. Y también sus programas sociales eran bastantes y ejercían influencia en gran parte de la población. Las fuerzas de jóvenes y la clase trabajadora no tenían tal organización.
Igualmente, cuando una insurgencia masiva causó una crisis para la Hermandad un año después, las masas en las calles no tenían ninguna fuerza organizada para a la Hermandad. La fuerza organizada mejor posicionada para ser “la nueva fuerza” fue el viejo poder militar. Mientras la crisis revolucionaria en Egipto fue extendida, como todas las crisis así, ésta no pudo seguir indefinidamente. El futuro indudablemente será un resurgimiento de la lucha enriquecida por la experiencia de los años 2011 al2013, pero por ahora el movimiento se ha disminuido, ya que el nuevo régimen militar ha arrestado a miles de activistas y ataca los derechos democráticos.
El Movimiento “Occupy”
En el Movimiento Occupy, en el cual el Partido por Socialismo y Liberación estuvo activo, se extendió como incendio a lo largo del país y realmente fue parte de una tendencia mundial. Hay lecciones similares que podemos aprender. Miles de personas se vieron atraídas al activismo, muchos por vez primera. Bajo el lema “Nosotros somos el 99%” el enojo fue enfocado en el papel criminal de los grandes bancos, la médula del poder de la clase capitalista. El repentino surgimiento del movimiento Occupy, tuvo un desarrollo tremendo con duradero y positivo impacto.
La falta de estructuras con liderazgo nacional centralizado, hizo muy fácil para el gobierno federal y la policía local atacar a Occupy. En un plan nacional coordinado, los campamentos de Occupy fueron desmantelados, uno por uno por gobiernos locales después de preparativos extensivos y secretos hasta el momento de atacar. Comprendiendo de que el principal punto de unidad y atracción era físicamente el campamento, el gobierno hizo prioridad su destrucción. El movimiento no tenía un plan para replegarse, reagruparse y reenfocarse en una forma organizada. En vez de una lucha a nivel nacional contra lo que era claramente un ataque coordinado federalmente, cada grupo local de Occupy fue básicamente dejado a su suerte.
Es inconcebible superar el estado capitalista — centralizado burocrática y militarmente centralizado como es — sin un movimiento y partido centralizado de la clase trabajadora. Entendiendo esto es esencial para construir una organización capaz de defenderse así mismo contra los inevitables ataques del gobierno.
¿Qué hace un Partido Revolucionario en un período no revolucionario?
Preparación para un partido revolucionario significa muchas cosas. Es estudiar y absorber las lecciones de movimientos y revoluciones pasados. Es participar en las luchas esenciales y más importantes del día. Es poder influenciar a los movimientos que responden espontáneamente a las crisis, hacia una perspectiva revolucionaria.
Preparación en un período no revolucionario significa organizar el partido mismo para los muchos retos que enfrenta. Significa oportunidad de reclutar y entrenar cuadros, particularmente de los trabajadores y juventud más explotados y oprimidos. La estructura y principios de operación del partido están basados en el centralismo democrático: la discusión y debate interno democrático combinado con unidad en acción.
Es la obligación de un partido revolucionario estar profundamente involucrado en la lucha contra el racismo y la opresión nacional, elemento imprescindible para la unidad de la clase trabajadora. Este es el caso especialmente en los Estados Unidos, el centro del imperialismo mundial con su fundación en la práctica de supremacía blanca. La unidad multinacional de la clase trabajadora se en Estados Unidos se forja en la lucha. Un partido revolucionario igualmente debe participar en la lucha contra el sexismo y toda forma de opresión, sean estas basadas en razones de género, habilidad / descapacidad, religión o estado migratorio, y dejar claro de que estamos por la igualdad social y legal.
En las luchas diarias, el partido debe ser el centro de acción. Debe buscar la colaboración de otros grupos que están envueltos en la lucha.
El Partido por Socialismo y Liberación está dedicado a la construcción de un nuevo partido revolucionario de los trabajadores, en el seno del imperialismo mundial. Necesitamos la participación de organizadores y activistas de todo el país. Si estás ya involucrado en la lucha o no, te invitamos a unirte con nosotros para la lucha. ¡Juntos podemos triunfar!